miércoles, 29 de octubre de 2008

La verdad está ahí fuera

De un contrato basura al paro, sin pasar por la casilla de salida. De pagar un hipotecón a embargado por el banco, sin comerlo ni beberlo, o sea, más bien, sin comer ni beber. De una dignidad relativa a engrosar una estadística, sin previo aviso. Todo... por que a un puñado de idiotas les dio por dejar dinero hasta a gente muerta. Y luego, el inmenso mar de idiotas a los que se les ocurrió pedir más dinero del que podrían pagar, por culpa de otros idiotas que tasaban las viviendas a la alza. ¿Hay algún listo aquí? Al ver que nadie saca pecho, quizás cabe preocuparse. Pero es que los listos lo son tanto, que no lo van a decir.

Ya se auguraba que la globalización es muy bonita en bonanza, pero cuando vienen maduras la cosa se complica. Sobretodo, si hay un burro en la Casa Blanca, por desgracia, emperador del mundo. Supongo que no cabría culpar a la masa de idiotas que le votaron sino directamente,a los listos del pucherazo. A ver si todo cambia el 4 de noviembre, para bien, digo. Y es que una economía, por fuerte que sea, no puede mantener una guerra en el otro confín del mundo tanto tiempo, sin resentirse por ello. Menos perseguir terroristas etéreos y más reconstruir lo que se han cargado, que es más digno que pasear por medio globo a un millon de marines haciendo pataletas de niño pequeño.

La solución vendrá por si sola, pero en el momento de la extinción, no podremos decir que no hemos tenido miles de oportunidades para evolucionar, y si hemos tirado por la taza del váter la mayoría, era asunto nuestro. Visto lo visto, quiza los gobiernos deberían plantearse el hecho de que la solución a todo lo que está pasando es mas vieja que todo, la expansión. Pero ahora ya nos viene grande, por que esa expansión es por el espacio. Solución a la superpoblación, y a la falta de recursos naturales, mientras no se les ocurra mirar al cielo para conseguir energía y lo sigan haciendo bajo tierra vamos listos. Así que ciudadanos del mundo, ha llegado la hora de la era espacial de verdad, y no dar saltidos en la Luna y poner una banderita. Sino de explotar sus recursos, de una forma consciente y ordenada. A fin de evitar la destrucción de nuestro mundo por nuestra propia mano.

En próximos capítulos
El Dilema

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