martes, 31 de marzo de 2009

La navaja de Occam

Sin duda la navaja del ilustre filósofo escolástico, es a día de hoy el instrumento más usado. En lo que se refiere a maneras de hacer las cosas, que son reflejo de los pensamientos que las motivaron. En esta aciaga era de reduccionismo pandémico, de operetas en la escena política con final previsible y de la incipiente conciencia global del ser humano. Parece que la tendencia a buscar lo simple cotiza a la alza, mientras el gusano de la ignorancia va corroyendo poco a poco nuestro maltrecho árbol del conocimiento. No es que la simplificación sea mala si la entendemos como un medio, es que se ha convertido en un fin. Eso evidentemente, saltándose todos los pasos previos, sacrificando la visión de conjunto y mermando de esta forma el valor de verdad de la conclusión. Esto se agrava sobremanera cuando ya cronificada, la simpleza se convierte en estupidez, y ésta en temeridad.
Lo cierto, queridos seres del inframundo... es que la susodicha navaja es un arma de doble filo muy peligrosa. Sin duda por que la tendencia a la facilidad está implícita en la condición humana, y tenerlo todo muy fácil engancha. Y lo que no es fácil en realidad es simplificar de una forma correcta. Cuidado entonces, con cortar demasiado. No vaya a ser que cortemos por lo sano en un lugar donde la precisión es lo mas importante.
Pensar las cosas varias veces antes de precipitarse, e ir simplificando los pensamientos en un orden muy concreto. De lo contrario las decisiones posteriores pueden conducir a la locura y de eso no te advierten las autoridades sanitarias. Por eso alucino de ver el mundo que me rodea.

En próximos episodios... la segunda parte de esta trilogía...

El perro del hortelano

1 comentario:

Johannes A. von Horrach dijo...

Eei, campeón, com anam?

Tens qualque direcció de mail a sa qual te pugui escriure uns comentaris (tema House of Fun)? O, si no, pots utilitzar sa meva que apareix al perfil des meu blog.

saludos i fins aviat